Nos esperaban 800km de carretera en un Fiat Duna con las ruedas gastadas y el limpiaparabrisas roto, así que, viendo el larrrrrgo rato que teníamos por delante hasta llegar a casa decidimos tomar un rico y nutritivo desayuno.
Pero...oh, sopresa. cerrado.
Dimos un par de vueltas al restaurante y vimos al dueño de reojo. nos abrió para nosotros.
menudo relax, té, bizocho y lindas vistas.
all rights reserved